AMULETOS PARA EL AMOR

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HECHIZOS AMOR RITUALES

 

Hasta el más insignificante objeto está compuesto por energía, si hablamos de micro tamaños. En el sentido macro encontramos que la forma, los materiales y la intención con que esté confeccionado un objeto puede atraer o alejar de ti diferentes energías.
Hay objetos “amuletos” o cosas que en nuestra sociedad son considerados de dar suerte, lo que ocurre es que justamente eso hace que al realizar o tener algunos de estos objetos “amuletos” nosotros creemos en ello y somos mas positivos y por ende es muy probable tener mas “Suerte”.
Por ejemplo, la pata de conejo poseía poderes mágicos y se la usaba como objeto principal entre otros usados como amuletos.
En Europa, la suerte atribuida a una pata de conejo, se debe a una creencia arraigada en un antiguo totemismo, porque el hombre, que se adelantó al darwinismo en varios miles de años, pensaba que descendía de los animales. Cada tribu tenía un animal como mascota.
Sin embargo, fue la fecundidad del conejo lo que contribuyó a dar a ciertas partes de su cuerpo su más intensa relación con la buena suerte y la prosperidad. Poseer cualquier parte del conejo, como la cola, una oreja o una pata, aseguraba la buena fortuna a cualquier persona.
Otros objetos también han sido atribuidos de buena o mala fortuna según sus cualidades. Las pirámides son consideradas conservadoras de energía, algunas piedras preciosas beneficiarían más a unos signos que a otros, y los colores que se escoja para muchos objetos mágicos como las velas también influenciaría en el animo de quien lo usara.
Para atraer el amor lo idear serían piedras preciosas color rosa, si es un amor platónico, rojo si es una pareja que se quiere establecer o blanco si es alguien conflictivo. Las velas negras para descubrir infidelidades, las rojas para conquistar y las blancas para ser más atractiva. Pétalos de rosa, manzanas rojas, semillas regadas por el camino. Después de todo cada objeto absorberá tus intenciones.
Los objetos, sean o no amuletos, pueden actuar por sugestión, por ejemplo, si alguien me da un objeto y me dice que es un amuleto que da suerte, esto hará que yo crea en ese poder del amuleto y finalmente será beneficioso para mi. No tanto por el amuleto sino por creer, y terminaré por pensar que los amuletos son beneficiosos.